Fem d'escriptors

Debate...

Te conocemos demasiado para no creer quien crees tú que nosotros sabemos y quién eres en realidad...


Tranquila, yo no creo que creas que soy algo inesperado, y mucho menos que sepas quién soy. Como tu has dicho, me conoces demasiado como para caer en mis trampas, pero, por eso mismo, por estas milésimas de segundo que te he hecho pasar para que sacaras el pie de mi trampa ambos sabemos que sabes que te gano segundo tras segundo. Cada día y cada noche.



Quién eres de verdad no lo sabes ni tú. No lo sabe nadie, ni tú ni yo, ni quién crees que eres, ni qué crees que sabemos de ti, ni quién crees que creeemos qué eres...
Alomejor, algún día sabrán quién eres, pero ese día no será hoy...


Sólo hay un día en el que podrás saber quién eres, o quién has sido. El último día de tu vida, en un segundo exacto, sabrás todo lo que tenías que haber sabido antes. Cómo fuiste y cómo eres, pero no quién serás.
El futuro ya no existirá para ti, estarás en espacio tiempo y nunca más sabremos quién podrías haber sido...


No rechazaré tus verdades pero tampoco las seguiré. Tal vez la gente no sepa quién soy, ni acercarse siquiera con lo que creen, pero yo tampoco. Sólo sé que soy un simple más en esta gran multitud, alguien alejado, alguien concentrado, quien sabe. Tengo sentimientos, no rencores. No pido más, busco menos. No espero, lo encuentro.
Pero estas cosas no son más que simples detalles, tal vez llegue el día en que me conozca a mí mismo, en que sepa quién y cómo soy. El día que me diga mi destino puede parecer que no sea hoy, pero, amiga mía, te juro que lo es. Por mucho que la gente lo niegue, por mucho que sea imposible de creer, nada lo es y este día es hoy. El día del despertar.


Algún día podrás mostranros tu verdadero interior, el que cada día vas formando. Ese día no será hoy, o será un hoy largo. Tan largo que alomejor nunca podré llegar a ver... Porque no existe ni el ayer ni el mañana, el tiempo no para, las cosas no cambian, sólo lo que nace, muere después... Por decir, no existe ni el hoy, ni el jamás, ni el porsiempre. Por decir... esas palabras sólo representan lo que queremos decir, pero verdaderamente sólo es un medio de comunicación.

No existe un ser interior, no existe nada, no existes ni tú. El día nunca llegará si no lo pides, la vida no se te dará si no la cazas, ni el rastro de tus pisadas quedarán grabadas en las mentes de las personas que te rodean. Es más, estas palabras nunca fueron dichas, tan sólo las puso el viento, el que logró la vida, quien la sintió, el que cambió las cosas y el que lo oculta todo.

No hay mañana sin ayer, no hay ayer sin mañana, no hay tiempo sin vida, no hay vida sin tiempo. Las cosas no cambian, se mantienen en pie, sólo siguen el curso que les toca, todo lo que nace muere, todo lo que sube baja, todo lo que existe desaparece. Todo lo que ves no es cierto. No existe nada, ni estas tristes frases bajo la sombra de aquel árbol de verano, ni los vientos del mar, ni las brisas de la costa, ni el fuego del mal ni la vida que me pertoca. No hay nada sin todo, si no todo sería nada.

Pero creo que mucho de lo que creemos que existe es abstracto...

La imaginación es el fruto más barato, no sufres, sólo lo aceptas. Lo callas, lo niegas, siempre te está consigo. Lo mejor de todo ésto es creer en todo lo que dices. Somos tan inocentes que nos creemos de la mayor tontería a la peor verdad. Nunca cambiaremos, seguiremos igual. Cada día dormirás y cada día un poco más. Todo ésto es la vuelta.

Espero vivir la vida al máximo hasta que llegue mi fin y creer que existe todo, creer que todo es possible, creer en lo que yo quiera y que nadie me diga lo que tengo que hacer ni en que creer. Sobretodo, creer ser quién quiero que soy. Una alma más en vuelo que no caerá hasta conseguir lo que quiere. Quiero ser quien soy.


Nota de suicidio



Hoy ha sido un dia bastante movidito...

Esta mañana me han llamado para darme la noticia de que han
secuestrado a mi mejor amigo, Carlos. Yo eso ya me lo esperaba
porque siempre salía cuando no tenía que salir, sin embargo,
no fue por aquéllo. Etraron a robar en su casa
mientras dormía y, de paso, se lo llevaron a él también para no
dejar testigos. Pero esto no ha sido lo peor de la mañana. La policía está bastante ocupada
como para ir a
rescatarle y, como es mi mejor amigo, no puedo quedarme cruzado
de brazos esperando un milagro, así que me he puesto manos a la
obra.

Lo primero que se me ha ocurrido es averiguar algo sobre el
secuestro por mi parte, dado que la policía no me otorgaría tal
misterio, así que me he dirigido a casa de sus padres, justo encima
de la suya. Les pregunté lo típico: -
¿Oyeron algo extraño?,
-¿Vieron algo anormal?...
Claro que lo hicieron, pero pensaban
que sólo era un golpecito de nada, pero no fue sólo uno, fueron
más y más... hasta que oyeron el sonido de un cristal roto y
decidieron bajar. Para entonces ya era demasiado tarde. El secuestrador
y Carlos saltaron por la ventana con un sin rastro. La casa había quedado
completamente destrozada... Tal vez no fuese mucho, dado que no
le pudieron ver la cara, pero a mí ya me servía porque las noticias
corren rápido y por la tele anunciaron que el secuestrador
se había fugado con un toyota classic de color grisaceo.



Yo no conocía a nadie con tal coche, pero tuve un golpe de suerte.
Mientras pensaba dónde podría haber uno me lo
encontré en mis propias narices, aparcado delante de una casa
un poco chamuscada y con la puerta entreabierta. Entonces pensé:
“Si quiero saber algo... aquí hallaré respuesta”, así que entré.

Iba todo bastante bien. pude hallar una puerta donde había
alguien hablando por teléfono y me acerqué un poco más para
oír la conversación, pero fue en vano, porque ya sabes lo que
dicen, nunca des la espalda al enemigo . Al parecer, el hombre
del teléfono llamó a un cómplice mientras él huía, porque al
entrar rompí un viejo jarrón de porcelana, pero pensé que no
lo había oído. Fui capturado, intúye que era el secuestrador...


Me encerraron en el sótano y escuché cómo se iba el cómplice.
Pensé en llamar a alguien para que me salvara, pero no
tenía cobertura, así que el móvil no me servia de mucho.
A parte de la puerta, sólo había una salida al exterior, una
pequeña ventana que daba al otro lado de la calle. Por suerte
siempre llevo encima unos pósit con un boli por
si tengo que apuntarme algo. Coloqué unos cuantos
en la calle en los que ponía:

“¡SOCORRO!”
“¡AYUDA!”
“¡ME HAN ENCERRADO EN EL SÓTANO DE LA CASA Nº 15!”







Por suerte un hombre vio los carteles y pudo comprobar que era
cierto lo que se decía en ellas. Se dirigió al sótano con la intención de ayudarme.
Al abrir la puerta, salí corriendo, pero oí un disparo y me
paré. Al parecer, el ayudante disparó y la bala profundizó en
el hombro del buen hombre que había venido a salvarme. Dada mi
distracción a causa del cádaver, me volvió a atrapar, pero esta vez
me dejó atado de manos y pies en el sótano.

Ya no podía volver a utilizar la misma táctica, así que me quedé
pensando una media hora en cómo podía salir de ahí. Mientras
pensaba, cayeron unas cositas negras del techo y ahi pensé:
“ ¡La casa esta hecha de madera y encima quemada!”.
Uno de mis defectos era el tabaco. Saqué el mechero
que tenía en el bolsillo del pantalón y me puse a quemar las
cuerdas como pude. Costó un poco pero, salió. Luego, me aseguré
de que el malvado no estubiéra esperando otra escapada
y entonces le di un golpe a la puerta. La pobre era muy vieja.
Salí corriendo asegurándome de que no me seguían.

De nuevo, no tenía ninguna pista que seguir Sólo podía
hacer una cosa: Ír a los barrios abandonados de la ciudad
en busca de mi amigo. Me dirigí a las fábricas de las afueras
de la ciudad, que fueron abandonadas después de un
catastrífico incendio. Como pensaba, no habia nadie, pero no
iba a irme sin haber entrado así que entré decidido y con mucho
cuidado.

Fui mirando rincón por rincón pero nada. Cuando me decidí a
salir, escuché un grito del piso de arriba y, cómo no, subí
corriendo con esperanza de escuchar otro y averiguar de dónde
procedía. Y así fue.



Los gritos venían de una sala que no podía abrir porque
estaba cerrada con llave. Sin pensármelo dos veces decidí ir
por la ventana. Iba tan decidido que no me paré a pensar qué
me podía encontrar y, la verdad, no fue mucho. Al parecer no
había nadie en la sala. Cuando entré la puerta estaba abierta
así que deducí que le habían liberado, sin embargo, los gritos aún
seguían oyéndose y eran cada vez más intensos. Busqué por TODA la
habitación, pero no había gran cosa. Sólo encontré una vieja
chaqueta, la cual me sonaba haberla visto antes pero no recordaba
dónde, un papel y un boligrafo.

Con todo este caos y los gritos que no salían de mi , no me
quedó más opción que el suicidio, así que, si por alguna razón
leen esta nota... yo ya estaré muerto.

Adiós


Juan García...


No tengas miedo



Siempre me dijeron que tenía que rezar por la gente a la que quería. Yo lo hacía sin pensar el por qué. Llegó aquella típica noche en que uno pasa miedo y recé más de la cuenta. Al acabar, me metí en la cama y me desperté al escuchar unas voces raras. No paraba de escuchar risas inocentes y palabras irrelevantes dentro de mi cabeza hasta que me volví a encontrar en mi cuarto y comprobé que no era un sueño, era real. La verdad, tampoco es tan malo vivir con ellos. Sólo tienes que convertirte en uno de nosotros, entregar tu alma al cielo para poder vaguear eternamente sin miedo, mostrar tu niñez, tu obedéncia. Dar a luz tu rencor.


La roca negra



La gota que cae sobre mi párpado recorre el borde del ojo y, finalmente se junta con mis lágrimas. Lloro. Llueve. Al final decido abrir los ojos y ver las cosas de otra forma. No puedo pasarme la vida así. Bajo de la gran roca negra, Mi roca, y me encamino hacia el pueblo buscando algo que haga que deje de llover dentro de mí.

Estoy delante de la reja, empapada por la lluvia, ahora más fina. No, ahí no encontraré lo que ando buscando. Empiezo a caminar en sentido contrario. Recorriendo el desastre, pienso en por qué lloro. No tiene sentido alguno, y debería cambiarlo.

Mientras el agua rebota sobre mi cabeza, me vienen a la mente las palabras de mi abuelo el día de mi séptimo aniversario: “La primera flor de primavera hará que entiendas tu existencia.”
Aunque fueran unas palabras demasiado complicadas para una niña de mi edad, supongo que él sabía que las retendría hasta este momento. Veo bajo mis pies un brote de violeta. Sobresale de la fina capa de nieve que cubre el camino y que empieza a fundirse por el agua de la lluvia. Me agacho para contemplar la pequeña flor. Las gotas que recubren sus purpúreos pétalos la hacen brillar. Sonrío. Me quedo observando, sin cansarme. No sé cuanto tiempo me he pasado agachada junto a ella. Al levantarme, la flor se ha abierto del todo. No hay nieve en el suelo, ni nubes en el cielo. Sólo el radiante Sol yace sobre mí.

Estoy riendo. Mis lágrimas solamente son marcas casi imperceptibles, levemente brillantes en mis mejillas. Ahora, camino expuesta al viento; es una sensación muy agradable. Me doy cuenta de que el Sol es bonito, y no me importa mirarlo directamente. Las manchas de color indefinido que me dejan los cegadores rayos de Sol, hacen el resto de mi visión más claro. Me gusta.

Decido ir a dibujar mi alegría. Atravieso el largo camino, ahora desnudo, hacia la montaña. Me siento y contemplo mi alrededor, fijándome en los pequeños detalles que agrandan mi sonrisa. Empiezo a dibujar el Sol radiante. Los árboles verdes, las mariposas, la gran cascada que nace de lo alto del monte. Aquel agua tan brillante y a la vez transparente me recuerda a las débiles gotas de lluvia que hoy y siempre me han acorralado. Bajo la mirada y lo único que veo es el pequeño dibujo de mi felicidad. Tanto esfuerzo se está difuminando. Los pájaros se convierten en grandes nubes grises, los alzados árboles se oscurecen mientras que el inmenso azul, cubierto por el claro del Sol, se esparce por el cielo creando esas pequeñas y claras gotas de lluvia que eliminan la única luz del trozo de papel. Tras mirarlo cambio la sonrisa por lágrimas y alzo la mirada al cielo gris. Llueve. Lloro.

Las gotas recorren la superficie negra de mi roca.

Ahora entiendo las palabras de mi abuelo. No hay vida sin lluvia. No hay lluvia sin mis lágrimas. Pero también tiene que lucir el Sol. Los días que la alegría de alguien sea mayor que mi tristeza, ahí brillará.



La roca blanca



Los rayos de Sol se adentran en mis pupilas dilatándolas paso a paso y, finalmente, me arden los nervios de los ojos. Sonrío. Hace Sol. Al final decido cerrarlos para poder ver las cosas de otra forma. Me gusta esta sensación, pero noto que he perdido otra, y quiero recuperarla. No puedo pasarme la vida así. Bajo de la gran roca blanca, Mi roca, y me encamino hacia el pueblo, mientras me alejo de la enorme sombra que me ha rodeado todo este tiempo. Busco algo que haga que pare de arder dentro de mí.

Estoy delante de la valla de clara madera, reluciente por el Sol impactando en el barniz. No, ahí no encontraré lo que ando buscando. Empiezo a caminar en sentido contrario. Recorriendo la alegría pienso en por qué nunca lloro. No tiene sentido alguno, y me gustaría cambiarlo.

Mientras los rayos rebotan en mí, me vienen a la cabeza las palabras de mi abuela el día de mi séptimo aniversario: Cuando veas como la muerte florece, entenderás tu existencia. Aunque fueran unas palabras demasiado complicadas para un niño de mi edad, supongo que ella sabía que las retendría hasta este momento. Bajo mis pies una violeta sobresale de la arena que cubre el sendero, y que empieza a elevarse por la brisa del mar. Me agacho para ver la pequeña flor. El frío que azota sus oscuros pétalos purpúreos hace que se marchite. Las lágrimas agridulces se esparcen por mis mejillas dejándolas suaves y brillantes. Me quedo mirando, sin cansarme.

No sé cuanto tiempo me he pasado agachado junto a ella. Al levantarme, la flor se ha muerto del todo. No hay arena en el suelo, ni luz en el aire. Sólo grises nubes sobre mí tapan el cielo. Estoy llorando. Mi sonrisa solamente son marcas casi imperceptibles. Arrugas que me salían al reír, que ahora mis lágrimas y la lluvia recorren. Camino con la mirada clavada en el suelo, observando cómo las densas gotas de lluvia arrastran la arena convertida en barro.

Me doy cuenta de que hay otras cosas a parte del radiante Sol de siempre. No me importa alzar la mirada y sentir cómo el agua me ciega los ojos volviéndolo todo más oscuro. Me gusta.

Decido ir a dibujar mi tristeza. Atravieso el largo camino, ahora encharcado, hacia el acantilado. Me siento y contemplo mi alrededor, fijándome en los pequeños detalles que me arrancan las lágrimas. Empiezo a dibujar las resbaladizas rocas que salen por el descompensado relieve. Esa línea que separa las rocas del mar me hace fijar la vista en el horizonte. El fantástico horizonte que siempre ha estado conmigo. Bajo la mirada y lo único que veo ciegamente es el pequeño dibujo de mi tristeza. Tanto esfuerzo hecho se está deshaciendo. Las claras gotas de lluvia se deforman hasta transformarse en las blancas gaviotas, las rocas recuperan su brillo mientras que las grandes nubes grises dejan paso al pequeño trozo de cielo azul por donde se asoma el Sol. Tras mirarlo, cambio las lágrimas por una sonrisa y alzo la mirada al despejado cielo. Sonrío. Hace Sol.

Los rayos de Sol iluminan la superficie blanca de mi roca.

Ahora entiendo las palabras de mi abuela. No hay vida sin luz. No hay luz sin mi ardor. Pero también tiene que lucir la lluvia. Los días que la tristeza de alguien sea mayor que mi alegría, ahí brillará.



Joel Calvete
2º E.S.O.


LA HORA MÁS IMPORTANTE DE MI VIDA


23:00: “Nos estamos dirigiendo al almacén 8, donde nos quedaremos a dormir.”

23:07: “Hemos llegado y ahora mi compañero busca un sitio donde poder hablar un poco y no pasar frío. Parece que ha encontrado algo, ya que me esta haciendo una llamada. Dice que siga sus pasos, que será fácil llegar hasta donde esta él y empezar conversa.”

23:11: “Llevo cuatro minutos recorriendo pasillos llenos de cajas y telarañas y no le encuentro. O me ha tratado por tonto, o nos hemos perdido. Un destello toca el techo del inmenso almacén y parece ser que se mantiene. Estoy intentando llegar hasta él pero resulta un poco difícil, la visión no es la misma desde arriba que desde abajo.”

23:15: “Hay quien dice que el mundo perecerá consumido por el fuego; otros, que bajo un manto de hielo.”

23:17: “Llevo un buen rato caminando y lo confieso, me estoy acojonando. Hace dos minutos exactos que he escuchado algo y lo he anotado. Sigo sin divisar camino alguno para llegar al centro y me va a costar porque sólo llevo conmigo este bloc de notas, un bolígrafo y una mísera linterna. Estoy escuchando otra vez la misma voz de antes, pero ahora parece ser un nombre. Sé que no es él, conozco su voz. Así que deberá estar tan asustado e intrigado como yo. Confío en encontrarnos por el camino.”

23:18: “Mórti, Mórti, Mórti...”

23:23: “He encontrado un callejón después de separar algunas cajas, parece que la cosa avanza. Sigo dirigiéndome a la luz y con fe de llegar bien.”

23:26: “El Corazón de la tempestad late eternamente... y aquellos por él azotados lo recuerdan eternamente.”

23:30: “El Ojo del Crepúsculo no ve la desesperación de sus víctimas, sino sólo la elegancia del equilibrio.”

23:33: “Mórti, Mórti, Mórti...”

23:34: “Ha vuelto a pronunciar aquel nombre tan extraño. También, hace unos minutos ha vuelto a formular más palabras, lo tengo todo anotado. No tengo ni idea de lo que está diciendo. Parecen frases antiguas, divinas o algo así, aunque pensándolo, yo no les quitaría tanta razón. Ya estoy más cerca del claro, pero todavía no he encontrado a mi compañero a no ser que sea una de las tantas sombras que he visto, pero no, no lo creo, él también tiene linterna.”

23:37: “Voy a parar a descansar en estas cajas un rato, llevo media hora andando y prefiero tener fuerzas por si me encuentro algo donde sea que vaya. He abierto una caja y al parecer en este almacén hay agua. Voy a beber un poco.”

23:42: “Podrá derretirse la tierra, podrá enfurecerse el mar, podrá derrumbarse el cielo... pero Ellos vendrán.”

23:45: “No se cansa de pronunciar sus profecías, pero yo tampoco me canso de anotarlas. Son bastante interesantes, supongo que tratan del destino o de algo que ha vivido y me lo está explicando. Cada minuto que pasa estoy más cerca y con más ganas de llegar, pero también más asustado que el anterior.”

23:47: “Mórti, Mórti, Mórti...”

23:48: “Este lugar arderá, no por la ceniza ni por el viento, sino porque yo busco venganza”.

23:51: “Mórti, Mórti, Mórti...”

23:54: “Por fin he llegado a mi destino. Dentro de la luz hay alguien. De su boca salen esas palabras y de sus ojos se asoma la luz que hace brillar el almacén. Tiene un gran parecido a mi compañero y tengo dudas de que sea así. Acaba de bajar la mirada y me esta mirando, intenta decirme algo. Voy a acercarme un poco más.”

23:57: “Estoy justo frente a él y no se a inmutado. El corazón me va a estallar. Parece que va a decir algo, esta abriendo la boca.”

23:57: “No hay pena más grande que la sufrida por una pérdida que aún está por llegar.”

23:58: “Estoy alucinando. Acaba de relacionar el pasado con el futuro utilizando el presente en una sola frase. Sigo sin saber qué es lo que quiere decir pero creo que me voy acercando cada vez un poco más. Quiero anotar más cosas sobre él.”

23:59: “Mórti, Mórti...”

23:59: “Acaba de desaparecer así de repente, ¿dónde estará? Quiero saberlo. Ya no hay luz que alumbre donde me sitúo ni sonidos por escuchar y mi compañero sigue sin aparecer. Creo que tendré que dormir solo en estas cajas, así que dejaré de apuntar por hoy.”

00:00: “Marc..”


El Pensamiento

El Pensamiento es la actividad y creación de la mente. Todas las teorías, incluso las más pésimas, que han sido traídas a existir mediante la actividad del intelecto.

Se define como un fenómeno psicológico racional, objetivo y extraño derivado del pensar para la solución de problemas que salen día tras día. El proceso del pensamiento es un medio de planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que existe y lo que se proyecta en la mente misma. Se podría reflejar con imágenes, ensoñaciones o la voz interior que nos acompaña durante el día y en la noche en forma de sueños. La estructura del pensamiento consta en organizar y configurar mentalmente todo lo que conceptualizamos sobre nuestra experiencia o nuestra realidad.

El término es comúnmente utilizado como forma genérica que define todos los productos que la mente puede llegar a generar. Incluyendo las actividades racionales del entendimiento o las abstracciones de la imaginación. Todo aquello que sea de naturaleza mental se considera pensamiento, sea abstracto, racional, creativo, etc.

Dependiendo del tipo de pensamiento se puede clasificar en: Deductivo, inductivo, creativo y crítico, incluso de otros más. Un pensamiento deductivo se basa en ir de lo general a lo particular. Es una forma de razonamiento de la que se desprende una conclusión a partir de una o varias premisas. El caso de un pensamiento inductivo es al contrario, se basa en ir de lo particular a lo general. La base es que si algo es cierto en algunas ocasiones, lo será en otras similares, aunque no se puedan observar. El pensamiento creativo, de hecho, se utiliza en la creación o modificación de algo, introduciendo novedades, es decir, la producción de nuevas ideas para desarrollar o modificar algo ya existente. Un pensamiento crítico examina la estructura de los razonamientos sobre cuestiones de la vida diaria además de intentar superar el aspecto mecánico del estudio de la lógica. Aparte, evalúa el conocimiento decidiendo lo que uno realmente cree y por qué.

El pensamiento es la potente actividad racional que tenemos los seres vivos y que somos capaces de dominar, bien sea en sueños, en problemas del día a día e incluso para saber cómo mejorar nuestro entorno. Lo podemos utilizar en muy distintas ocasiones, para la pintura, la creación de innovaciones y también para superar la lógica existente. Aparte, nos halaga con un grado superior de sabiduría temporal que nos beneficia para saber más sobre nuestro entorno.







Les nostres vides, la meva vida

Mai hauria pensat que tot acabaria d'aquesta manera i molt menys la manera de com va començar.

Quan anem a l'escola tots ens fem amics de tothom, sigui qui sigui, som masa innocents. De mica en mica que anem creixent, pensem i raonem, i això ens fa ajuntar-nos amb depén quines persones. A part d'aquest sabem veure un altre. Que les coses bones s'han d'aprofitar, i que poques coses són millors que l'infància d'un nen. Només cuntinuem la vida que ens donen, sense instruccions. Per alguna gent pot ser més fàcil però per d'altra no. Per exemple, jo.

De petit a mi ja m'agradava fer tot el que em passava pel cap i també pensar. Vivia la vida com volia i tot ho tenia fet, més que res, tot m'ho feien els pares. En el fons tot passa tan ràpid que no ets capaç de creure que aquella diminuta i feliç criatura eres tu. Així vaig arribar als sis anys, d'un obrir i tancar d'ulls. Ja començava a tenir dubtes, no molt coherents, sí, però, importants. Dubtes que no tenien resposta, dubtes que costaven d'entendre, dubtes que per l'altra gent no existien. Això va fer que em tanqués dins meu. Dominava els meus sentiments, els meus pensaments, pero mai vaig poder dominar els meus actes. Van ser tantes les preguntes, que als tretze anys, just en començar l'institut, encara en tenia.

Encara tenia gent de la que tu mateix esculls i que sense saber com, sempre estan al teu costat. Tot era massa estrany, no sé com però va passar. Els meus secrets, els meus pensaments, els meus enbolics van sortir de dins meu per entrar en una altra vida. Vaig tornar, però, cambiat. Veia les coses desde un altre punt de vista, suposo que era l'adolescència. Em vaig fixar en el meu millor amic i com si ho tingués que fer per alguna raó li vaig explicar tot. A ell li va passar el mateix i just en el mateix moment. Em vaig adonar d'una cosa; les nostres coses eren iguals, un mirall paral·lel a la realitat que ens envoltava. Això ens va fer completament inseparables.

No vam parar de parlar, sempre teníem alguna cosa nova a dir i sempre podíem ajudar-nos mutuament en el que sigués, per exemple en els estudis. No es per res, però érem bastant llestos tots dos, coses que jo desconeixia ell en la tenia resposta, i a l'inversa. La gent ens mirava i ens tenia enveja. Dos amics tan units, per fer tot i que res els parava, fins i tot jo en tenia enveja de nosaltres! Sempre havia volgut fer coses així i tenir algú com jo, i mira per von, ara ho tinc.

Érem tan iguals que quan un estava trist, l'altre, per raons diferents o les mateixes, també. Quan un estava feliç, l'altre també; i com estàvem sempre igual tots, dos sempre ens animàvem mútuament i ens funcionava.

Passàvem les tardes junts fent el que sigués, mai ens aburríem. Els vespres al jardí de casa vèiem com se n'anava el Sol i ens llençàvem aigua amb la manguera o érem a la muntanya en un racó lluny de la societat amb les bicis i una llibreta per escriure el que sentíem en aquell moment, rient o plorant. Les nits que passàvem junts, algunes dormíem, altres fèiem deures i d'altres miràvem la tele. Als matins, quan érem inseparables, encara que en quasi tots siguéssin a l'institut; i les vacances que vivíem junts, resultaven inolvidables. Tampoc ens importava com anàvem entre nosaltres dos, era com si fóssim de la família, era igual si anàvem vestits normals, amb les robes cambiades, sense roba... res ens molestava. Això ens feia més estranys per la resta del món, però més units per nosaltres. Ens pegàvem, ens criticàvem... però al final sempre acabàbem igual, junts. Moltes llàgrimes hem perdut junts i molts somriures ens hem regalat. Tot junts, tot. Tan exagerat era que la gent ens confonia i fins i tot les nostres families. Tot això va ser un gran canvi per tots dos, un canvi que vam passar de ser amics a tenir una relació encara més forta.

Érem realment iguals, ni un mínim detall canviava de l'un a l'altre. Tothom deia que érem germans, i nosaltres mateixos ens vèiem com si ho fóssim. Sigués el que sigués el que ens unía era bastant gran.

No paràvem de fer bogeries per demostrar la nostra confiança. Ens fèiem ferides profondes, ens juràvem coses i vam fer un pacte amb sang per declarar que érem germans de sang. La gent ens prenia per bojos però els hi agradava tenir un parell en el grupet.

Em vaig cansar de no poder viure sempre tot això. Cada dia tornàvem cadascú a casa seva i allà un tenía la seva vida apart. No ens agradava gens, volíem estar junts i viure cada dia com si fos l'últim, per nosaltres, com si fos un dia de cada dia. Res més havía en la nostra vida que nosaltres, entre tots dos ja ho teníem tot. Teníem les nostres noies, els nostres amics, les nostres gracietes, els nostres coneixements i els nostres secrets. El que a un li faltava, poc li quedava per tenir-ho gràcies a l'altre.

Els dies passaven tan ràpids que vam arribar els setze anys casi disset, l'edat que tot adolescent principiant desitja. Seguíem igual però encara més units, ja ni ens distingien si no fos per la roba.

Va arribar el dia en que les nostres famílies es van ajuntar i vam parlar tots junts, la seva i la meva. El tema era breu però impactant: La nostra unió que ningú podia trencar. Ens veien tan junts que sentien com si fóssim família tots. Una família rara. No ho podien evitar; el nostre vigor era tan fort que a ells també els hi va entrar. Representa que ells ja ho havien parlat molts cops i que ja tenien una decisió i ens la volien comunicar. Ens en anàvem a viure tots junts, la meva família i la seva. Nou persones en una casa per una sola raó. Ens vam quedar de pedra; era soprenent i alhora fantàstic! La casa ja la tenien comprada feia una setmana i el pla era anar a l'endemà a fer la mudança, però la nostra il·lusió era tan que els vam obligar a fer-ho en aquell mateix instant.

Ens vam donar compte de que havien cambiat les nostres vides i ens vam quedar al·lucinats però a la vegada encantats. Sempre havíem volgut viure això, després sempre havíem estat junts i al final voliem viure junts. Tots els nostres desitjos es van anar fent realitat i ja només en quedava un, un que no ens vam dir però que sí el pensàvem tots dos, ser un, encara que el nostre lema ja era: “Som un.”

No recordo com va passar ni el per què la gent no se'n va enterar, però va ser molt estrany. Una nit, abans de dormir ens vam ficar a parlar junts a la llitera de sota. Dèiem el secret que mai ens havíem dit, també va sortir el tema dels desitjos complerts, com era d'esp
erar tots dos ens en vam donar compte. Com que no sabíem per què i ho voliem saber, vam passar la nit desperts buscant la resposta. Vam fer càlculs, vam utilitzar la filosofía i fins i tot vam començar a recordar les nostres vides.

Ara estic despert però no el veig. Estic espantat. No paro de buscar-lo per tota la casa, però l'únic que trobo són plomes mig desfetes per tot el terra formant cinc paraules saltejades: “Germans, tot, dos, nucli, un.”

Joel Calvete, 2n E.S.O.


Sugerencias de título :)

Todo empezó la noche del viernes, en la fiesta del pueblo de al lado. Nosotros no queríamos ir porque el motivo de la fiesta era “entrelazar” paz entre ambos y con los adolescentes de ahí... nadie querría paz, os lo juro, y os lo digo yo porque sé lo que ha pasado.

Al final lo acabamos hablando entre todos: Frank, Sara, Carlos, Juan, Anna y yo, Júlia. Y decidimos ir porque una fiesta... es una fiesta y es lo mejor que nos puede pasar a unos cuantos chicos de 17 años para relajarnos un poco. Empezaba a las ocho de la noche y ya estábamos en la plaza central sobre esa hora. Al principio era un asco, sólo había música de Jazz y estaban todos los mayores importantes paseándose por allí, hasta que llegaron las diez y nos dividimos todos. Los mayores, claro está, se quedaron ahí con los niños pequeños, mientras que nosotros nos fuimos a una hermandad, la enemiga. Como en todas las hermandades había bebida, espuma, piscina, jacuzzi y algunos que otros haciendo el loco de maneras distintas, como nosotros. No conocer a nadie a veces está bien pero en esta ocasión no. Estábamos todos juntos en un grupo apartados de los demás, recordando el por qué estábamos ahí y qué haríamos dentro de una hora, que era cuando la fiesta empezaba a ser de verdad. Frank y Juan decían de irnos pero no lo teníamos del todo claro así que decidimos salir a dar una vuelta nocturna y conocer un poco más el pueblo.

Fuimos de esquina a esquina recorriendo todas las calles, no tardamos mucho ya que no era muy grande. Nos paramos en un bar que había aún abierto y entramos a tomar algo un poco más relajados. Anna y Sara empezarón a discutir.

Oye una cosita, ¿ Por qué llevas los mismos zapatos que yo?
Me gustan mucho, además no pensaba que los llevarías tú también.
Escusas, me tienes envidia.

A lo que Frank y Carlos susurraron entre ellos.

Dios, mira que pelearse por unos zapatos a su edad...
Ya ves, pero bueno, a todos nos queda algo de una vida anterior, ¿No, Júlia?

Me quedé en blanco, ¿cómo podía recordarme aquéllo?, no lo se la verdad, pero tuve que contestar forzosamente.

Eh... si claro.-Contesté bajando el tono de voz y apartando la mirada.





Acabamos las copas a eso de las 2 de la madrugada, que ya nos queríamos ir para casa. Íbamos un poco borrachos, pero como era de pueblo a pueblo pensamos que no nos pasaría nada. Nos equivocamos. Nada más salir de aquel bar ya no encontramos a Frank, pensamos que nos estaría haciendo una broma y que saldría por alguna esquina dándonos un susto, como siempre, pero recorrimos todo el pueblo y ni rastro de él. Decidimos no irnos hasta encontrarlo, así que volvimos a la fiesta. Allí, en la fiesta, todo seguía igual. Cerveza, espuma, chicas y chicos..., pero había algo raro, algo que no encajaba. Todos tenían los ojos completamente blancos, no había pupila capaz de distinguirse. Al parecer sólo yo me fijé, porque los demás estaban hablando de lo que harían mientras Frank apareciera.

Dos horas después, la fiesta se acabó cuando todos cayeron al suelo. Pensamos que dormían y decidimos marcharnos. Salimos de ahí en busca de nuestro amigo perdido, otra vez, al cual no encontramos. Al final, su hermana Sara dijo de irnos porque ya tenía sueño y confiaba en que Frank los estaría esperando en la hermandad Ruchissterz. Volvieron todos tan cansados que se echaron a dormir sin pensarlo.

Ya era sábado, las 12 del mediodía y ni rastro de él. Registraron su habitación y ni su ropa encontraron, esto ya era demasiado raro.

¿Qué coño ha pasado con Frank, chicos?- Dijo Juan.
No lo sé, pero si esto es una broma no tiene gracia.- Replicó Sara casi llorando.
Va, va calma tíos. Seguro que lo ha cogido todo y se habrá ido de acampada por ahí, ya sabéis como es Frank, ¿no Júlia? Contigo siempre os ibais por ahí.- En un intento de calma de Carlos.
Sí, siempre vamos por las montañas, pero no sé como lo ves, yo estoy aquí y él nunca se va solo.- Contesté yo, seriamente.

Las campanadas de la comida acabaron con aquel silencio de la habitación. Todos fueron al comedor y se sentaron donde siempre, pero hoy con un lugar vacío. Lo más extraño es que nadie de la hermandad preguntó por él, como si no se inmutaran. No me quedaba tranquila, con aquellos ojos y éste suceso, sabía que nada iba bien y menos con Marcos de por medio.

Pasada ya la comida nos tocaba educación física, no era lo mejor del mundo, pero al menos no me molestaba no quitarme de la cabeza todo lo que pasaba. Al final de clase, me dí cuenta de que Anna no estaba en los vestidores, pensé que estaría fuera con lo rápida que es, pero tampoco. Fuera sólo estaba Carlos que me preguntó si sabía dónde estaba Juan.

Al parecer, Anna y Juan se fueron a la hermanda Rowerssick aprovechando que la profesora de educación física nunca pasa lista. Al llegar se encontraron con las mismas cosas de aquel viernes que nadie quería recordar: la gente por el suelo con los ojos en blanco, las bebidas y los vasos tirados por el suelo y no olía muy bien, la verdad. Se dividieron para poder buscar a Frank mucho más rápido, así que Anna se quedó en la planta baja mientras que Juan iba al piso superior.

Anna comenzó la búsqueda por una habitación que le parecía perfecta para retener a alguien, tenía miedo, sí, pero no había nadie en la hermandad a pesar de ellos dos, o eso era lo que parecía. De repente se oyeron unos gritos que asustaron a Juan, lo que le hizo bajar rápidamente al lugar de dónde procedían. Se encontró con la puerta cerrada pero no pudo intentar abrirla ya que empezó a marearse y cayó al suelo en cuestión de segundos.

* * *

Cuando me fui al baño...

-Carlos, supongo que sabrás que Anna y Juan se han ido a la hermandad enemiga. No sé que vas a hacer pero yo está claro que iré a buscarles a ellos y a Frank.-Dijo Sara bien decidida.
Si están muertos moriremos con la misma sangre que ellos.-Afirmó Carlos.

Al llegar del lavabo me encontré con una pequeña nota sobre la mesa. Claramente era de Carlos y Sara.

Decía: “ Júlia lo sentimos, pero Anna, Juan y Frank son nuestros hermanos y no pensamos dejarles morir, no hace falta que vengas. Tal vez no salgamos todos de ahí, mejor quédate tu. 'Mejor uno que ninguno', ya sabes.”

No me lo podía creer, de un pie que tenían dentro de la muerte metieron los dos. Sin pensármelo me fui corriendo a la hermandad Rowerssick para detenerles, pero llegué un poco tarde.

* * *

Carlos y Sara entraron en la gran hermandad que cómo pudieron ver Anna y Juan estaba completamente igual. Empezaron a buscar como locos a ambos, e incluso a Frank pero sólo encontraron una puerta cerrada con llave. La empezaron a golpear, “Una maldita puerta de madera cerrada siempre oculta algo”-Repetía Carlos mientras la rompía-. Al abrirla no quisieron haberlo hecho nunca. Se encontraron a Anna llena de moratones y con un gran charco de sangre a su alrededor que le nacía del pulmón izquierdo, en efecto, se acabó suicidando del gran dolor que le hacían. Uno menos. En toda la casa no encontraron a ninguno de los chicos pero sí una nota escrita con sangre.


“Chu chu...”

Éso era lo único que ponía. ¿Qué quería decir? ¿Qué era lo que hacía chu chu? Sólo podía ser un tren pero era demasiado infantil, dada que no había más opciones y el caso era de desesperación total fueron a la vía del tren a ver qué coño pasaba. Al llegar sólo vieron una cuerda destrozada bañada en sangre.

Un sonido de metal fue lo que les dejó inquietos. Parecía como si se estuviera haciendo una espada, golpe tras golpe, nada más. Sin pensarlo, fueron tras unos coches del desguace de dónde salían los ruidos. Pudieron ver una gran recolecta de chicos rompiendo coches y aprovechando algunas de sus piezas para hacer armas. ¿Qué hacían? ¿Para qué lo querían? Poco tiempo tuvieron para hacerse más preguntas, ya que los cogieron por detrás y los llevaron al centro del desguace. Ahí, Marcos, cogió la espada que estaba trabajando al rojo vivo, se acercó a Sara y con una voz tranquila y angélical le preguntó:

-¿Tú eres la hermana de Frank, no? Que guapa.
¡Hijo de puta!- Le gritó y, seguidamente le escupió en la cara.-¿Dónde lo tenéis?
Ya no es de nuestra propiedad, creo que se cayó por un barranco...-Con la misma lentitud y tranquilidad en su voz que antes.
¿Qué queréis de nosotros?-Gritó Carlos.
Ssst..., tranquilo machote, que pasará rápido.

Seguidamente, Marcos empuñó bien fuerte la espada que aún seguía al rojo vivo y empezó a rodear a Carlos con una tenue sonrisa en su boca. Cuando se cansó de intimidarle le apuñaló en todo el corazón, de dónde no salía sangre ya que se evaporaba rápidamente en su interior. Cayó al suelo en cuestión de segundos, más rápido que las lágrimas que derramaba Sara. Ahora sólo quedaba ella, la duda era qué le harían.

* * *

Al llegar estaba demasiado nerviosa como para centrarme en mí y, sin pensármelo cogí el poco valor que tenía y entré. Todo era exactamente igual, ya me lo esperaba, así que empecé a buscar cosas en clave. Encontré la nota que leyeron Sara y Carlos y pensé que tal vez habría otra. Subí las escaleras y entré en la primera habitación que vi. Las cortinas rompían los rayos de Sol que se intentaban infiltrar en el cuarto y los plomos estaban bajados, ya que no funcionaba la luz, para poder ver algo tenía que atravesar la habitación y así lo hice. Fui paso a paso hasta la cortina, una vez allí, la abrí. La luz reflejó las gafas de Carlos y la chapa de Sara, ambos colgados de una lámpara, en el centro de la sala.

Salí corriendo de allí y bajé a la planta inferior. Me puse encima de la mesa y con todo mi aire de los pulmones grité:

-¿¡PORQUÉ!?
-¿Porqué qué, cariño?- Con tono de risilla.
-¿Marcos? ¡Sal!
-Aquí me tienes preciosa. ¿Qué te pasa? ¿Nerviosa, quizás?
-¿Dónde están?-Dije, mientras sentía como unos brazos me atrapaban por la espalda.
-¿Quiénes, tus amiguitos? Muertos.-Con la menor importancia.
-¿Por qué tuviste que hacerlo?- Demasiado seria para aquella situación.
-Venganza. ¿No recuerdas las últimas palabras que te dirigí?- Frunciendo el ceño-. Además... empecé con uno y me gustó. Sabía que acabarías viniendo.-Mientras la casa empezaba a arder.

Pero ¿cómo podía tener tanta sangre fría si tan solo era un adolescente? La verdad, no lo entendía y mucho menos cómo hice lo siguiente... En un último intento de sonrisa, agarré la navaja que colgaba de la cintura del capullo que me agarraba por detrás y se la clavé como pude. Tuve surte y fue en un órgano vital. Acabó por morirse y yo estaba cerca de acabar igual. Marcos se me acercó bastante decidido y sin ninguna palabra más me lanzó al fuego. Se quedó mirándo felizmente cómo me quemaba. No lo comprendí, ¿él era así? Más que eso, no me lo esperaba. ¿Quién es capaz de organizar una secta de asesinos sólo por pura venganza y plena diversión?

Al poco rato, salió corriendo de allí bien satisfecho. Fuera le esperaban sus compañeros en varios coches, los cuales arrancaron enseguida cuando Marcos se subió en uno de ellos.

No volvieron a aparecer ni a ser nombrados. Lo más extraño era que cada sábado en la portada del diario salía la noticia de que alguien moría en extrañas situaciones la noche anterior.

¿Peculiar? Puede.



ATARDECERES

Miedo es lo que sentí aquella noche, cuando oí aquellos gritos en la habitación de al lado. Por lo que mi madre me contó, estaba vacía, pero pude comprobar que no con mis propios ojos.
Entré, y vi una silueta humana escondida en la oscuridad. Era muy peluda, y de grandes dimensiones. Sus manos acababan con unas uñas afiladas, y desprendía un olor putrefacto. Quise acercarme para observarla mejor, pero mis piernas no querían moverse. Esa cosa empezó a caminar cautelosamente hacia mí. Entonces lo ví a la luz del pasillo. Quise gritar, pero tenía un nudo en la garganta. De repente aparecieron dos más; una pequeña y flacucha y otra grande y robusta. Salí corriendo de aquella pesadilla hecha realidad. Fui a despertar a mi madre, pero la cama estaba vacía.
“¡Espera, no te muevas!” Pensé por dentro preocupado al notar una presencia bastante extraña cogiéndome de la mano. Apretó sus uñas sobre mi piel haciéndome una profunda y dolorosa herida.
Los rayos del sol, penetraron por la ventana. Se oyó un fuerte ruido, y, seguidamente, las voces de mi familia.
Un mes después, la herida había cicatrizao, y no tenía más que una pequeña marca rojiza en la palma de mi mano. Mi madre comenzó a hacerme preguntas sobre lo ocurrido aquella noche. Parecía muy interesada, demasiado incluso, y llegué a pensar que podía saber más de lo que contaba. Mis respuestas no fueron satisfactorias para ella,aunque tampoco quise revelar demasiada información.
Aquella noche, no pude dormir. Me quedé tumbado en la cama, mirando al techo y pensando en todo lo ocurrido. ¿Qué eran? Por más que lo pensaba, no le encontraba respuesta. Pero entonces, sucedió.
Volví a escuchar esos gritos al otro lado de la pared, pero no me asustaron. Oí mi nombre entre ellos, y cada vez se hacía más fuerte. Tenía curiosidad, y estaba excitado. Me levanté de la cama y fui decidido, sin miedo alguno. Al abrir la puerta, la potente luz de la luna se clavó en mis ojos. Empecé a cambiar, mi cuerpo se ensanchó y se llenó de pelo. Un rugido feroz salió de lo más profundo de mi pecho. Comenzaba la caza.




Ja venen els sentiments


A la nit del desembre
sempre cau una tempesta,
la tempesta del nadal
que pau i amor ens regala cada any.

Carrers coberts de neu
i cases plenes de felicitat,
és el major regal
que el Pare Noel ens ha donat.

Les finestres entelades i
el fum de la casa,
són uns bons records
que sempre tindrem tots.

L'arbre de nadal,
les llums del sostre
i el pessebre de la casa
ens porten alegria
i harmonia.

Poques coses dolentes són
les que tenim en aquesta època,
però gràcies als regals
tot acaba bé, sense res per donar.

La felicitat ja és aquí,
a totes les persones i els animals
que tenim, no podem fer res
només podem gaudir,
de l'alegria que ens dóna
i l'amor que ens porta.

Els reis ja arriben,
no només al portal,
entren a les cases
a gaudir de la felicitat.




Sí mamá...sí.


Todas las madres dicen:

Toma vitamina C hijo, que si no no estarás en forma.

Al igual que todos los naranjos les dicen lo mismo a sus hijas. Pero este es un caso especial, las hijitas del naranjo no hicieron caso y no tuvieron vitamina C, esta es su historia.


Se sentían las voces de lejos:

-¡No quiero verduras, compra esto!
Dani, hijo ¡Qué ya no eres un crío!

Efectivamente, Dani era un niño de 12 años que iba con su madre a comprar verduras para la cena pero ya esta claro que no le gustaban mucho. Mientras seguían comprando vió el zumo de naranja y lo metió en el carrito de la compra rápidamente.

Como no, llegó la hora de la cena y ya se sabía que eran verduras. Dani se negaba a comerselas hasta el punto de que enfadó a su madre y le castigó en su habitación sin cenar y sin nada.

Ese mísmo día no desayunó y la verdad, tenía hambre. Sólo tenía una neverita dónde guardaba el agua, que media hora después, se acordó de que tenía el zumo que metió en el carrito en la misma nevera y ya que era el único alimento a su alcanze se lo bebió en cuestión de segundos. La noche llegó al instante y cayó dormido de lo cansado que estaba. Esa misma noche se levantó varías veces con dolores de barriga y dedució que era por el zumo ya que no paraba de vomitar.

En su interior ya se podía comprovar que las biomoléculas del zumo también lo pasaban bastante mal, más que nada, porque no sabían dónde estaban ni tan solo el por qué. Iban de aquí a allí corriendo como locas y huyendo de los misteriosos líquidos que se encontraban por el camino.

Huyeron de todos excepto de uno, llegaron a una espécie de cueva profunda y redonda donde habían diversos alimentos triturados y algun que otro líquido (no peligroso, porque sabían que era agua y bebieron un poco). Decidieron descansar ahí y así lo hicieron, hasta que se empezó a extender un ruido por toda la sala. Unos segundos después se sentía cada vez más fuerte y apareció un líquido de un color verdoso que TODO lo que tocaba TODO que se desintegraba, claro esto no era bueno porque podían morir. Empezaron a correr como desesperadas por una série de conductos hasta un orificio que se abría lentamente. Sabían que al final se abriría del todo y como no, caerían. Y así fue, el líquido desintregador las alcanzó y cayeron con él.

Perdieron la vida todas juntas, como la verdadera família que eran.

Antes de morir recordaron lo que les decía su padre:
- Espero que en un futuro pongáis en práctica lo que os he dicho. Nunca caigáis en manos de los hombres, ¡NUNCA! -Pero ya era demasiado tarde...


Entrevista a: Rosa García
Tema: Sindicalisme




1.- Com et dius?

Rosa García García.

2.- Quina edat tens?

43 anys.

3.- Quí o què t'ha impulsat a ser sindicalista?

Principalment defensar els drets de totes les treballadores i tots els treballadors contra les injustícies del govern i empresari.

4.- Què és el sindicalisme?

El sindicalisme és la lluita i la força per la dignitat de totes les persones dintre del món laboral.

5-. Tens que estudiar molt per a que et coneguin com el que ets?

Per ser sindicalista no cal tenir estudis, as de nèixer lluitador i anar sempre amb la veritat.



6.- T'ha agradat defensar-te en el teu treball i amb el teu sexe? Alguna experiència.

No em defenso a mi mateixa, defenso a tots els companys i companyes que visquin qualsevol problema laboral.

7-. Et funciona alguna llei, norma o deure? Quin/a? Pots explicarla?

Si, totes.

8.- Podríes explicar amb les teves paraules la llei que més t'agradi?

La llei de igualtat d'oportunitat per a els dos sexes i la concil·liació del treball amb la vida personal.

9.- Es reuineixen en algún lloc els sindicalistes? Si es aixì digues on i cada quant de temps.

A la meva empresa “Sony” cada dia tenim reuinions.

10.- De quins temes parleu a les reunions?

Alguns dies parlem del tema del calendari, uns altres per tema de igualtat, de metge social, de salut laboral, etc.





11.- Us han fet cas algún cop? Quin?

La qüestió no és que ens fasin cas, tenim un estatut i s'han de complir totes les lleis que hi són, com la resta de lleis.

12.- Estàs orgullosa del que ets? Per què?

Estic molt orgullosa. Ajudo a resolrde molts problemes socials, laborals, mèdics i sobre tot a mantenir i lluitar pels llocs de treball.

13.- Vols seguir sen sindicalista? Per què?

Si. Sóc una dòna lluitadora i m'agrada ajudar a la gent.

14.- Com i quant es va originar el sindicalisme?

El sindicalisme va començar desprès de la guerra del 36-39. És van reuinir a la clendestinitat uns quants treballadors que es sentien esclaus.

15.- Ens benificia a tots? En què?

Si no existeixin els sindicals, tot treballador i treballadora, serien esclaus. Som persones i tenim uns drets reconeguts i uns deures a complir.